Escribo las líneas de esta colaboración al día siguiente de las elecciones generales habidas en España, ayer, 28 de abril.

Y las escribo, he de reconocerlo, con una cierta alegría y tranquilidad, ante los acontecimientos que se preveían antes de su celebración.

Y esta tranquilidad me proviene básicamente de la alta participación en estas elecciones (75,75%) que permite seguir creyendo en esta País, llamado España y miembro de la Unión Europea.

Estas elecciones tenían como elemento más diferenciador  respecto de otras anteriores, la participación de Vox (cuarenta mil votos en las elecciones generales de 2016), partido claramente situado en la órbita del ultranacionalismo y extraparlamentario –  hasta las elecciones de ayer – y con ciertas expectativas de alcanzar un gran resultado, como todos los partidos populistas cuando inician su andadura.

La campaña electoral había discurrido con dos bloques claramente enfrentados: la derecha integrada por Vox, Partido Popular (PP) y Ciudadanos (Cs) y la izquierda  formada por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Unidos Podemos. Junto a ellos, los partidos nacionalistas, básicamente en el País Vasco y Cataluña.

Ha ganado el PSOE  ( 7.480.646 votos y 123 diputados de los 350 que integran el Congreso de los Diputados) y aun cuando no sea con una mayoría absoluta, no cabe duda de que Pedro Sanchez estará en condiciones de formar un gobierno mas estable, en comparación con el que él mismo lideró, después de ganar la primera moción de censura que triunfó en España. Difícil será que se articule un gobierno antes de las elecciones europeas, municipales y autonómicas que tendrá lugar el próximo 26 de mayo.

Mi alegría y tranquilidad, además de congratularme por la alta participación, proviene también de los “pobres” resultados obtenidos por los partidos mas radicales, tanto de la derecha como de la izquierda. Y eso que en el ámbito de la derecha, de lo conservador, ha sido en algunos momentos difícil distinguir entre ellos, al haber permitido tanto el PP como Cs que fuera el ultranacionalista Vox quien marcara el terreno de juego y las propuestas consiguientes.

Vox ,ha conseguido 24 diputados y dos millones y medio de votos.  Ha pasado  por tanto de 40.000 votos a dos millones y medio, lo que obligatoriamente debería hacer pensar a todos los demócratas sobre este desmedido aumento. No cabe duda que entra con fuerza en el Congreso de los Diputados, pero no alcanza ,ni de lejos, las expectativas que tenían al inicio de la campaña y después de los resultados obtenidos en las elecciones autonómicas de Andalucía. Tampoco han conseguido su gran objetivo:  echar a la izquierda de cualquier gobierno.

En otro orden, no pueden ni deben olvidarse, los resultados obtenidos por los partidos nacionalistas en el País Vasco y en Cataluña.

El gran éxito de Esquerra Republicana de Cataluña – 1.015.355 votos y 15 diputados- , liderada por Oriol Junqueras en prisión preventiva acusado de rebelión y malversación de fondos, arrincona al partido de Puigdemont -497.638 votos y 7 diputados- que además pierde el ser la segunda fuerza en Cataluña a favor del Partido Socialista de Cataluña, lo que en mi opinión, espero que ayude a recuperar la necesaria convivencia entre las diferentes sensibilidades que integran a los catalanes constitucionalistas y a los catalanes independentistas  y se pueda conjugar el principio de la voluntad popular con el principio de legalidad.

También es llamativo el éxito electoral del Partido Nacionalista Vasco (PNV) en el País Vasco y el  segundo lugar obtenido por EH Bildu (izquierda ultra radical) que aportaran entre ambos- aunque no creo que con los mismos objetivos,  10 diputados, 6 el PNV y 4 EH Bildu. Es llamativo que en el País Vasco, los partidos de derechas Vox, PP y Cs no consiguen ni un solo escaño y en todas las provincias vascas, han quedado por detrás de los nacionalistas y del partido socialista. Es un dato más a tener en cuenta para seguir defendiendo la España de las Autonomías frente a aquellos que creen que ha llegado el momento de “recentralizar” todo.

Es necesario destacar que junto a las elecciones generales, se celebraron ayer, elecciones autonómicas en la Comunidad Valenciana, que han arrojado también el triunfo del PSOE y que permitirá reeditar el gobierno progresista (Partido Socialista, Compromis y Podemos) que llevaba gobernando los últimos cuatro años en la Comunidad Valenciana, de lo que también me alegro.

Estos resultados,  han estado cerca de  hacer que el PP no sea el jefe de la oposición,  cargo que venía ostentando desde hace treinta y cinco años, cuando no estaba en el gobierno y que la llegada de un nuevo partido a nivel estatal como Ciudadanos, pueda disputarle esta condición.

Soy de los que piensan que en los países de la Unión Europea se necesitan partidos de centro derecha serios y bien articulados y creo sinceramente que en España, los partidos de derechas no ultranacionalistas -mas o menos conservadores y mas o menos tradicionales- deberían reflexionar largo y tendido después de este resultado,  sobre las implicaciones tan negativas que tiene el hecho de permitir que el discurso ultranacionalista lo invada todo, llegándosele a ofrecer entrar en un posible gobierno, pues se hace casi imposible   articular diferencias en ese ámbito y por otra parte, hace fácil  a la izquierda llamar al miedo, para evitar su llegada a cualquier gobierno, lo que en parte puede dejar de activar un voto razonado y crítico.

Al  PSOE sólo le pido coherencia; que sea capaz de articular los pactos de estado que este país necesita en varios ámbitos y que luche contra la desigualdad que ésta inacabable crisis económica ha provocado hasta límites insospechados.

Considero finalmente,  que el triunfo de Pedro Sanchez y del PSOE  puede ayudar a reencontrar la Europa social en la que todavía cree una gran mayoría de sus ciudadanos y  también  a alejar el auge de los populismos, que lamentablemente están arrojando grandes dudas sobre su proyección futura.

Ricardo Pérez-Solero Puig

 

Leggi qui i due precedenti articoli di Ricardo Pérez-Solero sulla campagna elettorale:

Elezioni in Spagna, lotta tra due posizioni inconciliabili

Una Nuova Europa per una soluzione politica della questione catalana

Ricardo Pérez-Solero

Abogado del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid Socio Fundador del Despacho de Abogados ESTUDIO LEGAL DE COMUNICACIÓN en 1975, cuyos principales clientes son entre otros, Anunciantes, Agencias de...

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